La crisis de valores en la sociedad

La Asociación ha debatido sobre este tema el miércoles día 22 desde los distintos puntos de vista de sus miembros. Algunos de ellos quedan recogidos aquí:

Estamos ante una sociedad totalmente permisiva, vacía, intolerante, con prisa por conseguirlo todo ya y ahora, sin freno moral, sin respeto por los demás, disfrutando con el dolor ajeno, sin valores humanos, sin ética, sin disciplina, con unos padres que lo permiten todo con tal de que sus hijos no se frustren. Pero no nos engañemos, el mundo no es de color de rosa, y es mejor enseñar a los jóvenes que las cosas no se consiguen sin esfuerzo, que hay que renunciar a mucho para conseguir muy poco.

Estamos ante un mundo materializado, vacío, sin moral ni religión, y quizá en esto radique parte del problema. El hombre necesita reglas para reforzar su voluntad, necesitamos disciplina, pues Isaac Riera dice que «carecer de disciplina es un obstáculo radical para el ideal de superación». Todo lo que nos entra por los ojos es consumo, libertad, la ley del mínimo esfuerzo. Pero en la vida se necesita disciplina. Hemos pasado del freno moral que la religión ejercía sobre nuestra generación, al ateísmo más radical; no hay nada, sólo el vacío, y hay que llenarlo con lo que sea, alcohol, drogas, sexo, todo con tal de no pensar. Tienen que dejarse llevar por la vorágine, hacer lo que hacen todos para no ser diferentes y no salirse de las normas que marcan los líderes del grupo. ¿Hemos de ser los padres tolerantes con todo? ¿Por qué ese miedo a poner disciplina y cortapisas a los jóvenes? ¿Cómo es posible que niños de 13 y 14 años estén en la calle bebiendo hasta altas horas de la madrugada? Necesitamos volver a una sociedad de valores. ¿Ayudaría la religión en algo? No la religión como nos la enseñaron a nosotros, sino como principios de vida y conducta, de respeto por la vida, de moral, de ética, de disciplina.

Fdo. Maribel Borrajo

Existe una competencia despiadada en la búsqueda de los logros rápidos, la valoración del éxito inmediato.

Este sistema que tiene como único principio el economicismo globalizante y neoliberal con unos valores imperantes de hedonismo y consumismo. Donde”todo vale” en función de los beneficios conseguidos. Necesita un cambio en la persona, si queremos dignificarla.

El mundo, a nivel global, está diseñado para que unos pocos posean muchísimo, unos pocos más posean bastante y una inmensa mayoría no posea nada o casi nada. Mientras que la sociedad de consumo la conforman 1.700 millones, 3.000 millones pasa al día con menos de 2 €, (pensemos que mientras alguien mira en un escaparate cuántas pulgadas tiene la TV de plasma que se va a comprar, otra persona rebusca algo que comer ese día).

Es evidente que existe también una crisis de valores en cuanto a los cuidados familiares. Hasta hace muy poco la mujer era la que asumía ese papel (todavía en muchos casos esto sigue siendo así) La responsabilidad es de todos los miembros de la familia y la sociedad tiene que poner los medios para que esto sea un hecho. De esta forma estaremos contribuyendo a un mundo más digno y más humano para todos.

Fdo. Concha Llorente